¡Seguimos con el proceso constituyente! Pasado el plebiscito en el que se rechazó la propuesta de nueva constitución que redactó la Convención Constitucional, es hora de seguir adelante. Los partidos políticos con representación parlamentaria firmaron un Acuerdo por Chile que terminó en una reforma constitucional para la elaboración y aprobación de una nueva constitución, la que se convirtió en ley este 17 de enero de 2023.
Revisa aquí la ley que posibilita el nuevo proceso constituyente
¿Cuáles son los siguientes pasos? En esta guía te contaremos todos los pormenores del calendario del proceso constituyente, para que no te pierdas ni por un segundo.
Vale la pena hacer un breve recuento de cómo hemos llegado hasta aquí. Después de una revuelta social que remeció Chile con la demanda principal de una vida digna, y luego del triunfo de las opciones ”apruebo” (78,27%) y “Convención Constitucional” (78,99%) en el plebiscito del 25 de octubre de 2020, comenzó el proceso constituyente. Ya antes del plebiscito se habían aprobado reglas que aseguraban la paridad en la Convención, mayores oportunidades para que personas independientes pudiesen integrarla y escaños reservados para los pueblos indígenas.
En ese escenario, se dio inicio a una de las elecciones más importantes de la historia de Chile. El 11 de enero comenzó la campaña y finalmente, luego de un aplazamiento, el 15 y 16 de mayo se realizaron las elecciones que eligieron a los y las 155 convencionales constituyentes que integrarán la primera asamblea constituyente paritaria del mundo.
El 4 de julio de 2021 se instaló la Convención Constitucional como un órgano multicultural y diverso, una excepción a lo que había sido hasta ese momento la institucionalidad de Chile. Luego de nueve meses de debate constitucional que incluyó mucho trabajo, sesiones en territorios, instancias de participación directa y de diálogo social, y una fuerte campaña de desinformación, la Convención evacuó la propuesta de nueva constitución 👇🏾
El 8 de julio de 2022 comenzó la campaña electoral para el plebiscito de salida, que duró un poco menos de dos meses y que mostró, por un lado, una fuerte polarización, y por otro, que la contienda era desigual (sobre todo en financiamiento y en apoyo mediático).
Así, el 4 de septiembre se desarrolló el plebiscito más importante de la historia reciente de Chile, en el que se rechazó la propuesta de nueva constitución con un 61,89% de los votos y una participación histórica (el voto fue obligatorio). Todos los partidos con representación en el parlamento prometieron un nuevo proceso constituyente.
En un plazo de tres días, la Cámara de Diputados y el Senado deberán convocar a una sesión especial para elegir a las y los integrantes de la Comisión Experta y el Comité Técnico de Admisibilidad. Estos órganos deberán estar designados durante enero y serán los primeros que comenzarán a funcionar, a partir del 6 de marzo de 2023.
Es un organismo conformado por 24 personas “de indiscutible trayectoria profesional, técnica y/o académica, de composición paritaria”. El Senado deberá elegir a 12 personas y la Cámara a las otras 12 “en proporción a las actuales fuerzas políticas y partidos ahí representados”.
Este órgano tendrá a su cargo la redacción de un anteproyecto de constitución que servirá de base para la posterior discusión y redacción del nuevo texto constitucional. Para lograr acuerdos, deberán contar con la aprobación de cuatro séptimos de sus integrantes en ejercicio.
Esta comisión deberá entregar el anteproyecto en un plazo máximo de tres meses desde su instalación, es decir, el 6 de junio. Luego será parte del Consejo Constitucional, con derecho solo a voz.
Es un órgano compuesto por 14 juristas “destacados”, que deberán revisar que las normas aprobadas para una nueva constitución no contravengan las 12 bases constitucionales. Estas 14 personas serán propuestos por la Cámara de Diputados y Diputadas, y posteriormente ratificadas por el Senado.
Para ser parte de este Comité las personas deben ser ciudadanas con derecho a sufragio, tener título de abogado, al menos 12 años de experiencia en el sector público o privado y acreditar una destacada trayectoria judicial, profesional y/o académica.
Bases constitucionales1. Chile es una República democrática, cuya soberanía reside en el pueblo.
2. El Estado de Chile es unitario y descentralizado.
3. La soberanía tiene como límite la dignidad de la persona humana y los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales ratificados por el Estado de Chile y que se encuentren vigentes. La Constitución consagrará que el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos.
4. La Constitución reconoce a los pueblos indígenas como parte de la nación chilena, que es una e indivisible. El Estado respetará y promoverá sus derechos y culturas.
5. Chile es un Estado social y democrático de derecho, cuya finalidad es promover el bien común; que reconoce derechos y libertades fundamentales, y que promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales, con sujeción al principio de responsabilidad fiscal y a través de instituciones estatales y privadas.
6. Los emblemas nacionales de Chile son la bandera, el escudo y el himno nacional.
7. Chile tiene tres poderes separados e independientes entre sí:
a) Poder Ejecutivo, con un jefe de Gobierno con iniciativa exclusiva en la presentación de proyectos de ley que incidan directamente en el gasto público.
b) Poder Judicial, con unidad jurisdiccional y con pleno respeto de las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas.
c) Poder Legislativo bicameral, compuesto por un Senado y una Cámara de Diputados y Diputadas, sin perjuicio de sus atribuciones y competencias en particular.
8. Chile consagra constitucionalmente, entre otros, los siguientes órganos autónomos: Banco Central, Justicia Electoral, Ministerio Público y Contraloría General de la República.
9. Chile protege y garantiza derechos y libertades fundamentales como el derecho a la vida, la igualdad ante la ley, el derecho de propiedad en sus diversas manifestaciones, la libertad de conciencia y de culto, el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, la libertad de enseñanza y el derecho-deber preferente de las familias de escoger la educación de sus hijos, entre otros.
10. Chile consagra constitucionalmente con subordinación al poder civil la existencia de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden y Seguridad, con mención expresa de Carabineros de Chile y de la Policía de Investigaciones de Chile.
11. La Constitución consagra, a lo menos, cuatro estados de excepción constitucional: de asamblea, de sitio, de catástrofe y de emergencia.
12. Chile se compromete constitucionalmente al cuidado y la conservación de la naturaleza y su biodiversidad.
Mientras se designan a las personas que integrarán la Comisión Experta y el Comité Técnico, las secretarías del Senado y de la Cámara tendrán la tarea de elaborar el reglamento que regirá el trabajo de los órganos que redactarán la propuesta de nueva constitución.
La ley establece que el reglamento contendrá mecanismos de participación ciudadana que funcionarán una vez comience a trabajar el Consejo Constitucional, organismo que discutirá los artículos de la propuesta constitucional. El proceso de participación ciudadana será coordinado por las universidades chilenas acreditadas, encabezadas por la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica.
Este reglamento deberá ser aprobado antes de la instalación de la Comisión Experta, el 6 de marzo de 2023.
El 7 de mayo de 2023 se realizará una elección nacional con voto obligatorio para elegir a 50 consejeras y consejeros que redactarán la propuesta de nueva constitución. El proceso de elección considera reglas de paridad para que el órgano sea paritario y normas especiales para la elección de representantes de pueblos indígenas.
El Consejo se instalará el 7 de junio de 2023 para aprobar, aprobar con modificaciones o incorporar nuevas normas al anteproyecto de nueva constitución. Para esto deberán contar con un quórum de tres quintos de sus integrantes en ejercicio.
Antes de que se cumplan 4 meses de su instalación, deberán finalizar su trabajo y entregar el texto. ¡Pero no todo termina aquí!
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Luego del 7 de octubre, cuando el Consejo Constitucional entregue la nueva propuesta, la Comisión Experta revisará el texto y podrá formular observaciones para mejorarlo. Estas propuestas serán votadas por el Consejo Constitucional de la siguiente manera:
a) Se entenderá aprobada cada propuesta contenida en el informe por un quórum de tres quintos de los miembros en ejercicio del Consejo Constitucional.
b) Se entenderá rechazada cada propuesta contenida en el informe por un quórum de dos tercios de los miembros en ejercicio del Consejo Constitucional.
Las propuestas que no sean aprobadas o rechazadas en los términos señalados, serán analizadas por una comisión mixta, conformada por seis miembros del Consejo Constitucional y seis miembros de la Comisión Experta, la que podrá proponer soluciones con el voto de los tres quintos de sus miembros en ejercicio. Dicho acuerdo deberá ser aprobado luego por el Consejo Constitucional.
Una vez terminada la votación de cada norma que formará parte de la propuesta de nueva constitución, se deberá aprobar la totalidad del texto por los tres quintos de los miembros en ejercicio del Consejo Constitucional.
El día 7 de noviembre ya estará lista la propuesta de nueva constitución para que se someta a…
El día 17 de diciembre, 40 días después de que la propuesta constitucional esté lista, se realizará el plebiscito, con voto obligatorio, para decidir si el pueblo quiere continuar su camino con esta nueva constitución, o seguirá vigente la constitución de 1980 (instaurada durante la dictadura cívico-militar).
María del Carmen Nava-Polina ha sido asesora de gobierno, colaboradora de ministerios, docente e investigadora independiente. Su trayectoria política está vinculada con la transparencia, el acceso a la información pública y al fortalecimiento de la democracia, y sus vastos aportes en esta materia la convirtieron en mujer constituyente y coordinadora y precursora de un importante órgano del proceso constitucional de la Ciudad de México: la coordinadora de Transparencia y Parlamento Abierto.
“La Constituyente es la gran oportunidad de incorporar y, sobre todo, de no aislar y de ir de la mano con el factor social. Los procesos de nuevas constituciones empiezan porque ya estamos hasta el gorro de lo que tenemos. Queremos algo nuevo, pero lo queremos desde nuestro punto de partida, no solo desde la representación constituyente”, dice.
En esta entrevista, María del Carmen Nava-Polina aborda distintos aspectos de la transparencia y la participación en el proceso constituyente de Ciudad de México, que hemos organizado bajo subtítulos para que puedas revisar la temática que te interesa:
“A mí me encanta hacer un poquito de todo y ser más bien disruptiva en los lugares donde me toca participar. Ya llevaré casi 30 años trabajando en cuestiones legislativas, de partidos políticos y de apertura institucional. También he hecho investigación y he estado en el servicio público. Ahora hay mucha información parlamentaria, pero en su momento en México no había una gaceta parlamentaria, solamente un diario que salía con un desfase de seis meses. Entonces, en ese momento hicimos, junto con el periódico Reforma, una sección que se llamaba Pulso Legislativo, donde empezamos a hacer la numeralia de qué se trabajaba en las discusiones del pleno y qué se dictaminaba. Ahora ya suena un poco rebasado para los países que tienen una documental parlamentaria y un monitoreo, pero para entonces era algo completamente necesario”.
“También me tocó trabajar en una legislatura que fue parteaguas en México cuando se creó el canal del Congreso, la gaceta parlamentaria, las nuevas reglas, los órganos de gobierno… entonces esa nueva ley orgánica permitió tener votaciones electrónicas. En fin, esa gran legislatura gestó mucho de lo que ahora se conoce. También estuve trabajando en el ámbito de sociedad civil, haciendo investigación aplicada en legislativo y partidos. Y ahí también fue un proceso muy interesante. Pues impulsamos Parlamento Abierto en México, después de la Declaración sobre la Transparencia Parlamentaria. Y a partir de ahí también hemos sido parte de la red latinoamericana de la transparencia legislativa”.
“También encabecé la coordinación de Parlamento Abierto y transparencia de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México y actualmente soy comisionada ciudadana de transparencia en la ciudad y coordinadora de la comisión de gobierno abierto y transparencia proactiva del sistema nacional. Pues, como puedes ver, a lo largo del tiempo lo que he tenido como constante ha sido pues el impulso de estos temas desde donde esté”.
“Pues de Parlamento Abierto no se hablaba en México ni en el mundo. A partir de la declaratoria de transparencia legislativa, lo que hicimos fue buscar posicionarlo en el imaginario público, empezar a hablar de Parlamento Abierto. Cuando se conformó y se definió la presidencia de la Asamblea Constituyente, uno de los grandes impulsores de esta iniciativa fue la mesa directiva de la Constituyente que planteó, junto con las coordinaciones de las distintas bancadas, tener una estructura interna de la Constituyente que fuera también de cara a las personas y muy visible. En ese sentido, los legisladores determinaron crear una coordinación de Parlamento Abierto y de transparencia. Entonces, más allá de yo buscar ser coordinadora, me buscaron para ser y, bueno, pues así sucedió. El plus para yo aceptar esa invitación era que de entrada tuviera la posibilidad de implementar los elementos de apertura institucional y los elementos de Parlamento Abierto, porque yo llevaba un tiempo impulsándolos desde la sociedad civil. Entonces, me dieron esa libertad y a partir de ahí tenía que entrarle con todo; creo que ha sido de las experiencias más interesantes que he tenido a nivel profesional, porque fue un muy corto tiempo, con muchas decisiones en el camino. Me parece que aquí coincidió que había una clara voluntad parlamentaria y política.”
“Mira, a mí me gusta mucho concentrar la atención en cinco elementos de apertura institucional, para que se puedan ir bajando justo de acuerdo al poder que se trate, o a la naturaleza institucional de la cual se hable. En este caso concreto, por un lado estaba la participación ciudadana y la rendición de cuentas, o sea, sin participación y sin rendición de cuentas no podemos hablar de apertura institucional, de Parlamento Abierto. Por otro lado, está la memoria y el archivo. Así también, si no documentamos, no hay manera de tener ningún tipo de apertura. Por otro, está la integridad y prevención de conflictos de intereses, o sea, para desarrollar códigos de ética parlamentaria. Está también el uso de un lenguaje sencillo, de datos abiertos y de accesibilidad. Es muy complejo decir que estamos teniendo un trabajo muy asiduo si no tenemos una vinculación continua con las personas. A mí me gusta hablar de personas, porque con independencia de la edad, de la nacionalidad, tenemos que siempre tener en la cabeza un vínculo de comunicación y de generación de cultura democrática para con quienes tengamos interlocución. Tienes datos abiertos, por ejemplo, si están los resultados electrónicos de las votaciones, si puedes tener una gaceta parlamentaria que tenga, por ejemplo, un buscador para que encuentres información”.
“Estos elementos tendrían que permearlo todo, son el gran paraguas del Parlamento Abierto. Y en ese sentido, por supuesto, en Parlamento Abierto debe considerarse siempre, siempre, el factor de comunicación. Si no hay una comunicación y si no hay un portal que está engrosado, va a ser muy complejo saber qué es lo que se está discutiendo, poder conocer las propuestas, la revisión de dictaminación, comparar entre alternativas que ofrecen las distintas bancadas o los distintos grupos. En fin, sin estos cinco elementos no hay manera de hablar de Parlamento Abierto. Logramos posicionar -al menos en México- el tema de Parlamento Abierto, o esas dos palabras, ese binomio. Y empezó cada quien a entender lo que era Parlamento Abierto. Regularmente, se asocia con mesas de discusión, cuando no necesariamente es solo eso”.
“La apertura institucional tiene siempre y, únicamente, su existencia en un estado democrático de derecho. Necesitas equilibrios de poder, necesitas contrapesos, necesitas una fiscalización, una sanción y una reparación del daño en caso de que sea necesario, en fin. Parlamento Abierto es como la democracia. No podemos decir que tenemos democracia solo porque votamos. Votamos, pero tenemos que monitorear, tenemos que sancionar, tenemos que exigir y nos tienen que seguir escuchando, no solo en el voto. Entonces, en ese sentido, el Parlamento Abierto es lo mismo”.
“Esta conceptualización incluso es una forma de repensar a los congresos en un contexto de avance democrático participativo. Tampoco son elementos nuevos… es el regreso a los clásicos. Haciendo una lectura de largo aliento hacia cómo se articula el Estado, son siglos de teoría política detrás, desde los griegos. Entonces, ahora le llamamos Parlamento Abierto, pero en realidad lo que persigue es exactamente lo mismo que toda aquella gestación de la democracia en la humanidad”.
“Cuando se desarrolló la Asamblea Constituyente de la ciudad todavía yo no tenía en la cabeza esta conceptualización de los cinco elementos. Se hablaba entonces de los 10 principios de Parlamento Abierto. En términos de recursos humanos, se trabajó, pues, sin dinero. Fue un poco a voluntad y a convenios, por ejemplo, la UNAM prestó el Palacio de Minería, el Senado prestó el Espacio Artístico Xicoténcatl. Y así se trabajó… el punto es que para mí lo relevante era articular estos principios en la operación cotidiana. Entonces, había que trabajar con lo que había. Y lo que había era decisión”.
“El gran objetivo era documentarlo todo, recaudarlo, concentrarlo y clasificarlo, de tal manera que esa clasificación de información permitiera robustecer el archivo histórico de la Constituyente. Se recaudó mucha, mucha información, toda en electrónico, para que después el archivo documental físico pudiera cotejar lo que en Parlamento Abierto y transparencia había”.
“Aquí la clave era ir de la mano 100% con la presidencia de la mesa directiva, prácticamente trabajamos a la par, con ese impulso y también con las distintas coordinaciones del resto de la Constituyente. No había manera de llegar a buen puerto sin esa articulación. Hicimos también, a la par, uso de una cuenta de twitter de la Constituyente en la que íbamos documentando todo, armamos conferencias de prensa sobre cuál iba a ser nuestro plan de trabajo, dando un corte a mediano y otro al final. No había manera de decir que estábamos trabajando si no lo comunicábamos y si no verificaban las personas externas; tampoco hay manera de hacer un trabajo de apertura sin los ojos externos.”
“Aquí había voluntad de todas las bancadas, había una disposición general para poder tener una Constituyente documentada, de puertas abiertas. Si hacemos un análisis de quién dio más información a posteriori, pues también es contrastante: muchas veces, las fuerzas mayoritarias son las que menos dan información. Entonces, en este sentido, sí me parece que había una intención general de poder documentar, de poder participar. A mí me hubiera encantado tener una cámara que grabara cuando los constituyentes subían a hacer cualquier tipo de preguntas, sobre todo las que tenían relación con el llenado de declaraciones de intereses patrimoniales. Algo que también tenían como la disposición era de trabajar a puertas abiertas, se trabajó todo a puertas abiertas, las plenarias era lo de menos, en términos de que ya estamos acostumbrados de ver todas las transmisiones en vivo, pero en comisiones no. Y en comisiones lo que se tenía era que si había la dictaminación o el rebote de algunos temas de interés, las personas de a pie podían entrar y debatir a la par con las personas constituyentes. Reconozco un avance impresionante, porque la Constituyente en la Ciudad de México incorporó el Parlamento Abierto en el texto constitucional. No fue solo de cómo operó, sino también de cómo materializó esa frase dentro de la constitución.”
“En términos de participación, hubo más de mil propuestas ciudadanas de distintos temas para incluir en la Constitución. Y no solo se transformó en esas más de mil, sino lo que te comentaba, las participaciones dentro de las mesas de comisiones. Adicional, hubo una carpa ciudadana: se montó una carpa donde cualquier persona iba y se anotaba en una agenda para ocupar la tribuna, digamos, y así dejar grabada su propuesta. Entonces, hubo propuestas por escrito, hubo propuestas verbales y hubo propuestas dentro de las discusiones, fue algo muy activo, muy. También había temas que siempre son muy álgidos en el debate, como la interrupción del embarazo, respeto por seres animales y seres sintientes en general, la interrupción de la vida, o sea de eutanasia. O sea, hubo temas muy, muy de avanzada, que incluso a nivel federal no están establecidos”.
“Por un lado sí tendría muy presente articular la implementación de circulares que estandaricen el cómo hacer el levantamiento de información y que haya, junto a aquello, deadlines, o sea: ‘para tal fecha a más tardar’, porque si no tampoco da para dar una respuesta certera hacia afuera, hacia quienes quieren estar atentas a lo que vayas determinando en tu proceso de discusión parlamentaria y constituyente”.
“Punto número dos, la comunicación es algo fundamental, no solo a través del uso de redes sociales o de conferencias de prensa, sino también el carril más permanente y periódico, como que tus comunicados integren y reflejen el debate plural que se da. Si tenemos una constituyente con una mayoría muy determinada en términos partidista o políticas, regularmente está la tentación de que los mismos comunicaciones tengan un sesgo de origen, y la valía de un proceso constituyente y en general parlamentario es que refleje el debate que se da, con independencia del resultado. Algo súper valioso para el análisis posterior del trabajo constituyente es tener esos elementos de: ‘quién dijo, cómo, qué pasó, por qué se llegó a este resultado’, porque eso te va a facilitar interpretar e implementar posteriormente ese resultado final que se va a llamar Constitución”.
“Yo lo englobaría como una recomendación de trabajar en grupos interdisciplinarios, porque eso es fundamental también: tener personas que sean científicas duras, personas de ciencias sociales, comunicadoras, en fin. El efecto al tener esos equipos interdisciplinarios y una comunicación muy pulcra, y que contribuyera a generar esa cultura democrática de largo aliento. Creo que el último tema sería ese… si no hay manera de documentar, o sea, olvídalo. Podrá ser algo muy vívido, pero será imposible voltear hacia atrás y hacer un análisis. En ese sentido, es algo fundamental tener la documentación y el archivo”.
“Pues, la gran relevancia de incorporar esos preceptos es justo que, independiente de los procesos de elección en urnas, en votos, se genere la representación constituyente, es decir, que, en este caso, el ejercicio legislativo en sí tenga una vinculación hacia afuera, con la sociedad. Creo que esa es la gran aportación de poder visibilizar esa necesidad de Parlamento Abierto. Así lo resumiría, porque de otra manera se dan procesos de discusión a puerta cerrada, sin incorporar necesariamente la preocupación o el interés de las personas o de ciertos grupos que no tienen una representación constituyente. O sea, es la posibilidad de incorporar y de que realmente tenga una legitimidad de origen. Eso es fundamental. Pero sin información no hay manera; sin rendición de cuentas, tampoco; sin transparencia, menos, y la comunicación acá tiene que ser oportuna, tiene que ser sencilla, tiene que estar a un link en el caso de que sea electrónica. La Constituyente es la gran oportunidad de incorporar y, sobre todo, de no aislar y de ir de la mano con el factor social. Los procesos de nuevas constituciones empiezan porque ya estamos hasta el gorro de lo que tenemos… queremos algo nuevo, pero lo queremos desde nuestro punto de partida, no solo de la representación constituyente.”
“Al momento que bailas, te adecuas a la pieza, a la música, a la persona con quien estás bailando, o también puedes estar bailando sola, pero generas ritmos distintos de acuerdo a las necesidades, al ánimo. Pero tiene que estar ese baile… y ese baile de apertura institucional implica que puedas también tener ese gusto permanente de enriquecer la cultura democrática, de ese ir y venir con los parlamentos.”
“En ese sentido, la constitución de la ciudad fue muy, muy, muy ambiciosa y poco factible en muchos de los temas, o poco operable también. ¿Es factible o no llevar a cabo esta reforma? ¿Es factible o no llevar a cabo este precepto? ¿Es adecuado para la sociedad que tenemos, o lo repensamos en 30 años? En fin, todos estos debates sobre cómo llevamos una Constitución muy de anhelo, porque podemos tener causas muy importantes pero que a lo mejor no necesariamente será el mejor mecanismo plasmarlo en una Constitución. Y ahí, claro, yo soy muy crítica sobre cómo se han hecho las reformas a la Constitución en México, porque regularmente tenemos el parámetro aspiracional de que ya está en la Constitución y eso ya es realidad, ¡pero no! Muchas veces ese aterrizar la realidad tiene que ser justo en políticas públicas, en leyes, en derechos de la regulación, en cómo aterrizas la factibilidad de los preceptos constitucionales. Entonces, creo que es parte de los aprendizajes sociales y regionales, incluso que merecen una reflexión más de largo aliento más histórica”.
“Pues, son tantos temas. El tema de género es para mí una obligación. Partir la perspectiva de diseño de estas políticas públicas a través del empujar, fortalecer y contribuir a poblaciones en situación de vulnerabilidad. Y es un hecho que la voz de las mujeres en la toma de decisiones pública es algo fundamental, pero también escucharnos, escucharnos en la pluralidad. Y tener una replicabilidad, es decir, este tipo de red. Como la que ustedes están contribuyendo en Vota x Nosotras, en Aúna en el caso de México, es algo fundamental. Porque la visibilidad de los trabajos que se dan con mujeres tomadoras de decisiones es crucial. La forma en que comunicamos también es distinta. Entonces, me parece que la posibilidad de que esa sensibilidad social de las mujeres se pueda convertir en decisiones públicas y en procesos de negociación de tal naturaleza, tiene una relevancia fundamental para llegar a buenos resultados. O sea, si gestamos una negociación parlamentaria constituyente de origen con una perspectiva de género, que tenga esa habilidad pero también esa asertividad, podemos tomar decisiones con mayor alcance. Y con mayor… ¿cómo decirlo? con mayor nutrición social, es decir, de largo aliento… podemos generar incluso constituciones mucho más asertivas, más sensibles con la parte social, más justas”.
“Creo que es algo fundamental visibilizar este trabajo. Siempre que se teja con asertividad. Y pongo mucho este énfasis porque en las arenas de contraste parlamentario es muy complejo llegar a construir mayorías, porque también se requiere esa habilidad. Si no está, no podemos tener una Constitución que tenga esas características. Entonces bueno, pues: a tejer en red y a comunicarse bien y con asertividad”.
¿Imaginas un motor de búsqueda conceptual que compare todas las constituciones del mundo? ¡Existe! Y fue creado el año 2005 por el académico Zachary Elkins, de la Universidad de Texas, Estados Unidos. Se trata de Constitute Project, un sitio web que reúne y categoriza la información de todas las constituciones del mundo, almacenando incluso los borradores.
Cuando realizas una búsqueda en el sitio, puedes filtrar según materias legislativas, países o fecha de adopción y, además, puedes seleccionar dos constituciones y compararlas.
¡Pero aún hay más!
Recientemente, Chile firmó un convenio con la plataforma Constitute Project que permite que toda la información y herramientas estén disponibles en el sitio web Chile Constituyente, una plataforma generada por el Gobierno de Chile con la colaboración de organizaciones internacionales, universidades e instituciones públicas.
Con esta herramienta, el derecho comparado será mucho más fácil e interactivo, pues con solo un par de clicks podrás conocer qué dicen los artículos de las constituciones de más de 50 países. ¿Cómo serán los derechos de igualdad, género y minorías en Alemania, Francia o Japón? ¿Estará asegurada en las constituciones del mundo la educación gratuita y la protección del medio ambiente? ¡Averígualo ahora!
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