Tu agenda programática es un pilar central de tu campaña. Esta habla del mundo que sueñas construir; comunica el para qué quieres el poder, al expresar el conjunto de transformaciones que impulsarás.
Esto quiere decir que, además de dibujar una visión de la sociedad que anhelas, también te has dado a la tarea de elaborar tus propuestas de política pública para resolver los problemas públicos en los temas que, junto con el electorado, consideras prioritarios.
Una agenda de propuestas programática o programa es diferente de un manifiesto de principios que habla de los valores e ideas transformadoras que permean todo tu sentido y actuar político.
Esto también supone que:
Para ilustrar la diferencia entre un manifiesto (1) y una agenda programática o programa (2), te dejamos estos ejemplos:
La manifiesta de Aúna (1)
En el periodo electoral de 2021, la plataforma Aúna, de México, generó agendas de propuestas en cinco ejes temáticos: Construcción de paz y justicia; Políticas ambientales; Políticas económicas con equidad; Política para el bienestar; e Igualdad de género. Aquí dejamos las últimas dos agendas de propuestas: Decálogo de Políticas para el bienestar Decálogo de Igualdad de género
Los Decálogos de Aúna (2)
Contar con una agenda de propuestas no sólo te ayudará a ganar elecciones y diferenciarte de otras candidaturas, sino a convertirte en una buena opción para gobernar: conoces los problemas, manejas los datos, entiendes las causas y tienes propuestas para mejorar.
En el siguiente esquema del ciclo de la política que propone el Manual de incidencia en políticas públicas de Alternativas y Capacidades y da cuenta de la etapa de la conformación de agendas, hemos señalado cómo entra la agenda de propuestas de campaña.
Aquí la periodista y capacitadora Cecilia Lavalle nos explica qué es la agenda y cómo te ayuda en tu campaña política.
Para armar tu agenda de propuestas te proponemos seguir los siguientes pasos:
Para seleccionar y diseñar tus propuestas tendrás que conocer las preocupaciones del electorado, el tema y el problema público. Para esto, puedes buscar estudios existentes, estadísticas sobre tu ciudad, región o estado, encuestas de opinión (por ejemplo, aquellas donde se pregunta ¿cuál es el problema que más le preocupa?) o investigaciones cualitativas. También investiga qué programas ya existen; el estado de las soluciones que ya se han planteado o instrumentado anteriormente, lo que ha funcionado y lo que no.
Los partidos políticos o los gobiernos frecuentemente, previo a las elecciones, hacen estos estudios para entender mejor los problemas y opiniones de la ciudadanía. No son públicos, pero si preguntas podrían compartirte algunos.
… sobre los cuales quieres construir soluciones, como reflejo de los problemas cuya atención consideras prioritaria para el cambio que promueves.
… partido, grupo político u organización del que formas parte en torno a estas soluciones (es decir, lo no aceptable, lo mínimo aceptable y lo deseado). Esto ayudará a que ya durante la campaña no surjan grandes contradicciones que puedan revertir tus propuestas.
… en la construcción de tu visión del cambio que quieres impulsar, en las historias que contarás, en la narrativa individual y colectiva, en la creación de los mensajes clave para tu campaña.
Aquí puedes ver dos magníficos ejemplos de cómo dos candidatas exponen algunas de sus principales propuestas, articulando por qué son centrales para el cambio que promoverán, a partir de las cuales formulan mensajes clave para pedir el voto de la ciudadanía:
Tu agenda, en términos de su amplitud, profundidad, detalle y especificidad, puede adoptar diferentes formas y formatos (videos, gráficas, texto, reel, etc), dependiendo de la estrategia política y de comunicación, la identidad visual y también las posiciones que se estén disputando.
Hay distintas formas de comunicar. Te recomendamos ver esta guía:
[Caja de herramienta con guía sobre cómo comunicar la agenda]
Mira la página de Iza Lourenca, candidata a Concejala de Belo Horizonte, BH, Brasil, en la que se incluyen sus propuestas. Además, sus videos de propuestas en redes sociales, como este en el que presenta su plataforma política para la juventud, logran expresar de manera sencilla datos que caracterizan el problema y sus propuestas concretas.
Imagínate sentada junto a una plataforma o red de mujeres para construir una agenda compartida, fruto de un trabajo colectivo ❤️. ¿Te motiva, como a nosotras?
Aquí te proponemos los pasos a seguir para construir una agenda colectiva, con un proceso de diálogo que se diseña y se comunica junto con una red de alianzas y expertas.
Cuando se trata de la construcción de una agenda colectiva para una plataforma de mujeres, como en el caso de Aúna, es importante conducir un proceso de diálogo entre las integrantes que permita identificar las coincidencias y sumar a más personas.
¡Pero no sólo eso! Este proceso es un buen espacio de formación para la propia candidata y su equipo, ya que:
Recuerda que la agenda de propuestas se inscribe en los principios y valores de tu candidatura; se trata de traducir estos principios y valores -el mundo que queremos construir- en propuestas más concretas, que sintetizan los cambios que queremos lograr, es decir, las políticas públicas y leyes que impulsaremos y apoyaremos si resultamos electas.
Para una campaña es primordial priorizar y seleccionar los temas ejes, de manera que sean comunicables de forma congruente y que se conviertan en un diferenciador de otras alternativas políticas y campañas. Estos temas deberán ser los más cercanos al corazón de tus principios, pero también es importante que se desarrollen sobre la base de una lectura acertada del contexto y de la situación actual de ese tema.
Sugerencia: Define entre 3 y 5 ejes esenciales, como máximo. Estos guiarán tu agenda programática y el proceso de diálogo para su construcción.
Antes de comenzar, busca documentos que te ayuden a entender más sobre los temas que van a trabajar. Así podrás contar con un diagnóstico y considerar las propuestas que ya están en el dominio público.
Pero, ¿qué tipo de documentos? Pueden ser desde documentos internacionales oficiales (por ejemplo, producidos por la ONU o CEPAL), hasta artículos de opinión o reportajes en los medios. Pueden también ser documentos de políticas públicas producidos por universidades, agencias de gobierno o think-tanks (locales o nacionales); o propuestas de organizaciones ciudadanas para resolver problemas que se enmarcan en los ejes que definiste.
Sugerencia: genera, junto a tu equipo, una biblioteca a partir de esta revisión de la literatura. De ser posible, invita a algunos voluntarios a sintetizar documentos y ordenar datos clave para fácil consumo de la candidata y su equipo de campaña (comunicación, discursos, programa).
Ahora, utiliza el mapeo de actores: una herramienta que te permite identificar, clasificar y caracterizar a las principales instituciones, grupos y personas que están de alguna forma vinculadas, en este caso, a tu agenda. Además, permite analizar sus intereses, su importancia e influencia sobre los resultados en una determinada agenda o iniciativa.
En este momento, construir un registro de contactos de campaña -que más adelante podrías usar para hacer un mapeo de actores- te puede ayudar a construir un primer directorio de expertos, organizaciones, funcionarios o legisladores que conocen los problemas y tienen propuestas.
Te recomendamos comenzar con una lista de nombres y seguir los principios del mapeo de red: Activa tu red de contactos usando este modelo para poner los nombres de todas las personas que están en la red de la candidata.
Modelo de Mapeo de Red
Recuerda que estos son actores de conocimiento y propuestas: etiquétalos así y no les pidas otras tareas que no se relacionan (volanteo, redes sociales).
En esta Guía rápida para identificar aliados y hacer coaliciones para incidir en políticas públicas puedes encontrar algunas sugerencias de cómo hacer un mapa de actores.
Hay varias definiciones que debes tomar para darle forma y contenido al diálogo. Acá enlistamos algunos aspectos centrales:
Cuando sea posible, resulta ideal llevar a cabo este proceso previo al inicio de la campaña, de manera que se pueda finalizar un mes antes del arranque de esta, por dos razones:
Sugerimos elaborar un documento como guía a todas las personas involucradas, que defina lo siguiente:
Al tratarse de un proceso en el que se involucrarán varias personas, te recomendamos que desarrolles:
Por qué es importante armar un equipo, cómo armarlo y herramientas para su mejor organización.
Planea cómo y quién va a trabajar en traducir los resultados de los diálogos en propuestas, así como el formato deseado de las mismas. Algunos ejemplos son decálogos por tema de agenda, como los que elaboró Aúna. En todo caso, es importante definir el tipo de lenguaje a usar, evitando usar uno demasiado técnico.
Es importante nombrar a una responsable del seguimiento de la agenda, que puede ayudar a investigar más, hacer vínculos con expertas, contar con los datos y los argumentos para los mensajes durante la campaña. Tras las elecciones, entre otras tareas, esta coordinadora se puede dedicar a desarrollar el trabajo intersectorial (entre diferentes sectores y autoridades) que se requiere para impulsar la agenda, convocar actores y facilitar acuerdos.
Ya tienes tu agenda de propuestas construida de manera participativa. Ahora, ¡es momento de que todas y todos la conozcan!
Pero antes de comunicar y si dan los tiempos, lo ideal es contemplar un momento que regrese resultados y propuestas a las participantes, y recibir su retroalimentación antes de elaborar productos de comunicación.
También, como mínimo, te proponemos que invites a todas las personas que participaron (incluyendo expertas y activistas) a tu presentación de agenda. Ahí comparte la estrategia que usarás para comunicarla, agradece sus contribuciones y pídeles apoyo en la difusión (ya sea compartiendo en sus propias redes sociales, citándolas, apareciendo en tus videos o productos de comunicación). Asegúrate siempre de contar con su consentimiento; también debes respetar a quienes no quieran ser visibles en la campaña, pero te ayudan con propuestas.
Lo primero es elaborar una narrativa con los resultados del proceso de agenda para que puedas conectar con tus votantes, comunicar de forma clara tus propuestas programáticas de manera que todos y todas la comprendan, la recuerden y te identifiquen con ellas.
Para esto:
Trabaja diseño gráfico y lenguaje de productos específicos: infografías, “decálogos”, postales, videos, relatorías, directorios de expertas, aliadas y activistas. Todo según tu identidad visual de campaña.
Si aún no tienes una identidad visual, te recomendamos este curso:
Herramientas y guías prácticas para que puedas tener una identidad visual en todos los productos gráficos de tu campaña.
¡Campañas reconocibles y con identidad visual!
Acá te dejamos un ejemplo:
No sólo son mensajes de comunicación, tienes que pensar en cómo “lanzar” la agenda de tus propuestas: página web y redes, rueda de prensa, artículos en medios, entrevistas, voceras.
Para esto tienes que pensar cuáles son las redes sociales o medios que más consumen tus posibles votantes, en cuáles se verán mejor tus propuestas y qué formatos te acomodan más para la narrativa que elaboraste.
Ahora que ya tienes tu narrativa, tu diseño y definiste los soportes a través de los cuales vas a comunicar tu agenda programática construida de manera participativa, toca planificar el lanzamiento comunicacional de tu agenda.
Trabaja dentro de tu estrategia y tu equipo de comunicación el momento más adecuado para este lanzamiento. Busca el momento idóneo de acuerdo a las fechas electorales, a las coyunturas nacionales o locales, a los hitos históricos o fechas importantes que puedan ayudarte a darle visibilidad a tus propuestas. Planifícalo y prepara un calendario de salidas comunicacionales que vendrán luego del lanzamiento.
Usa este lanzamiento para sumar a nuevas personas, voluntarios y apoyos, y asegúrate de que -de ahora en adelante- tus propuestas siempre estén visibles en tu canal de comunicación.
Pero ojo ¡no todo es planificación! Mantente atenta a las oportunidades: aprovecha coyunturas para comunicar, posicionar, hacer más relevante o simplemente repetir tu agenda.
Si vas a un debate o te toca hablar sobre tu agenda, piensa en “ideas fuerza”, que sean breves y potentes, para comunicar los ejes de tu programa; aterrízalo en ejemplos de la realidad nacional o local, o de la vida cotidiana de las personas que se verán favorecidas con la realización de tu programa. Busca llegar por medio de la empatía, dale una forma a tu mensaje para que llegue a todas y todos quienes lo escuchen… ¡y que no se les olvide!
La construcción de una agenda de propuestas es un proceso continuo, que se sostendrá una vez seas electa… e incluso si no ganaste la elección, por lo que conviene prever los mecanismos por los cuales se continuarán de manera sostenida estos diálogos para actualizar, ampliar o profundizar, identificar y desarrollar propuestas específicas a impulsar una vez en funciones.
Puedes aprovechar el período de transición (entre las elecciones y asumir el cargo) para convocar nuevos diálogos. Si decides hacerlo, te recomendamos visitar este material 👇🏾
Construye una agenda de manera colectiva, con una red de alianzas y expertas. ¿Te motiva ser la impulsora de propuestas colectivas? ¡Vamos!
Agradece siempre a quienes fueron a los primeros espacios, invítalos de nuevo y pideles que inviten a otros expertos y aliados. Ya que una persona es electa, adquiere mayor legitimidad y autoridad, por lo que se pueden sumar más actores.
Recuerda actualizar tu directorio con estos nuevos contactos y tu biblioteca de documentos, así como la comunicación y el lanzamiento de tu agenda de gobierno o legislativa. Estos diálogos pueden ser también espacios para probar y reclutar a tu nuevo equipo de trabajo en el cargo.
En este diagrama del Manual de incidencia en políticas públicas de Alternativas y Capacidades te mostramos dónde están las propuestas de campaña en la agenda pública.
Han pasado algunos meses, ha corrido agua bajo el puente y crees que es necesario revisar tu agenda programática. ¡No temas hacerlo! Es bueno que la revises, priorices y agregues algunos elementos. ¡Pero ojo! No traiciones la palabra empeñada, es importante que mantengas la confianza de tus electoras y electores cumpliendo tu palabra (es decir, tus propuestas programáticas).
Lleva tus esfuerzos de comunicación hacia estos replanteamientos: explica qué has aprendido, qué cambió, qué se mantiene y, sobre todo, por qué. Incluye a tus electores y a personas que están contigo en estos procesos de aprendizajes políticos: son fundamentales para construir nuevas representaciones.
Durante este nuevo ciclo, encontrarás nuevas caras, nuevos conocimientos y nuevos aterrizajes: aprovecha de mapear aliadas y actores alrededor de tu nueva agenda.
Es importante tener claridad sobre cuánto cuesta realizar tu agenda y renovarla con la información que el gobierno o legisladores salientes te entreguen en el proceso de entrega-recepción (presupuesto, personal, programas existentes, iniciativas legislativas pendientes de dictaminar, etcétera).
Será un buen momento también para adecuar tus propuestas y prioridades: que estén en línea con las facultades del cargo y normatividad existente, que se puedan retomar esfuerzos o dar continuidad y mejoras a programas existentes, entre otras.
Un elemento central es dimensionar el impacto de tus propuestas en el presupuesto público y ello implica preguntarse: ¿cuánto cuesta el programa o proyecto que estoy proponiendo?, ¿de dónde podrían venir los recursos para financiarlo? Sin estas respuestas, te arriesgas a que muy pronto haya quien descalifique tus propuestas como imposibles de financiar, por muy buenas que sean.
Agradece a tus aliados, electorado y a quien haya quedado en el cargo: recuérdale tus propuestas de agenda. En algunos casos, valdrá la pena entrevistarse con quien haya asumido el cargo y entregar tus propuestas para enriquecer el gobierno; asegúrate de comunicar esta entrega de forma adecuada, bajo el mensaje de que te interesa resolver el problema público y no de que estás traicionando tu causa o tu partido.
En otros casos, da entrevistas a medios recordando por qué tus propuestas y temas siguen siendo relevantes.
Tu agenda puede ayudarte a seguirte posicionado en la arena pública, mantenerte como interlocutora de políticas públicas y fuente independiente de información y contraste.
Ayudará también en avanzar tus causas y consolidar a tus aliadas: es importante que planees una estrategia de avance de estas causas en diálogo con ellas.
No se trata de buscar un protagonismo que no te corresponde, ni “robar banderas ajenas”, si no de ser siempre una facilitadora y catalizadora de las propuestas colectivas que construyeron entre todas.