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La representatividad de las mujeres electas en América Latina

Por Carolina Fagundes

Cuando pensamos en política, ¿con qué frecuencia pensamos en mujeres electas, en lugar de primeras damas? Y dentro de este pensamiento, ¿cuántas veces miramos el escenario latinoamericano y vemos pluralidad y representación femenina?

Detengámonos, entonces, a pensar históricamente: ¿cuántas mujeres tenemos en el mundo que representan o han representado a su país como máxima autoridad? Margareth Thatcher, Angela Merkel, Dilma Rousseff y Cristina Kirchner son solo algunos de los pocos nombres que tuvieron esta oportunidad.

Lamentablemente, hasta el año 2018 solo 53 mujeres llegaron a ser presidentas en todo el mundo. Los números son aún más alarmantes cuando miramos a los países de América Latina y el Caribe, que en conjunto han tenido un total de 14 presidentas mujeres hasta el 2022. A modo de comparación, solo en Brasil ya tuvimos más de 70 hombres presidentes; en Chile solo una mujer ha ocupado el cargo; en Argentina han sido dos; mientras que en Colombia y México nunca ha habido una presidenta mujer. 

Para entender estos números, primero debemos entender el lugar de las mujeres en la política.

El lugar de la mujer en la política

Para entender cómo se constituyó la baja representación de la mujer en la política, primero debemos repasar cómo se constituyó el Estado moderno, para que podamos comprender el rol de la mujer en este entorno.

El Estado se construyó a partir de un sistema de dominación de hombre a mujer, centrado en formas de exclusión, para que esta dominación pudiera darse.

De esta forma, el papel impuesto a la mujer por la sociedad, centrado en el hogar

y la familia, la lleva con la modernidad a la doble jornada entre el trabajo de cuidado y el mercado de trabajo, teniendo como consecuencia una mayor concentración de mujeres en trabajos a tiempo parcial y mal remunerados.

En otras palabras, esta es la división sexual del trabajo, la separación de lo que serían trabajos masculinos y femeninos, construída superficialmente por una supuesta justificación biológica, de que “los hombres son más fuertes”, sin embargo, esta separación afecta mucho más que el simple trabajo con uso de fuerza, ya que las profesiones con roles de poder y decisión, como senadores, diputados, gobernadores, tienden a ser dominadas por hombres.

Pero, ¿los hombres son realmente más fuertes?

Si tomamos como ejemplo la Primera Guerra Mundial, cuando las mujeres en Europa entraron en la industria para ocupar el lugar de los hombres, su biología no ha sido cuestionada. Las mujeres se hicieron cargo no sólo de las industrias, sino de todo tipo de trabajos que antes realizaban sus maridos, padres, hermanos, incluso en las zonas rurales.

Con base en las necesidades del país y del mercado, las mujeres tomaron los frentes de trabajo. En otras palabras, esta división sexual del trabajo es algo construido como si fuera una base de la sociedad, pero también es deconstruido y reconstruido en diferentes períodos de la historia.

Aun así, tal construcción afecta no sólo el derecho a la libertad de las mujeres, sino también las decisiones sobre sus vidas, alejando a las mujeres de los espacios de poder.

Por eso, es importante entender que cuando hablamos del bajo número de mujeres electas, es también por una cuestión social que nos aleja de esa posibilidad de decisión.

La historia de la mujer en la política latinoamericana 

La política latinoamericana siempre ha estado marcada por luchas, especialmente de las mujeres. El derecho al voto y la resistencia a innumerables dictaduras siempre tuvieron en primera línea a las mujeres que luego llegaron a estar cerca del gobierno o llegaron a ser presidentas, electas o no. Una lucha que aún no ha sido debidamente representada en los espacios de poder. Hasta el 2022 solo tuvimos 14 mujeres presidentas en América Latina: 

Isabel Martínez Perón (Isabelita) - Argentina - 1974 - Vicepresidenta, asumió después de la muerte del presidente. Lidia Gueiler Tejada - Bolivia - 1979 - Presidenta interina. Ertha Pascal - Haití - 1990 - Presidenta interina. Violeta Barrios - Nicaragua - 1990 - Electa democráticamente. Rosalía Arteaga Serrano - Ecuador - 1997 - Vicepresidenta, asumió tras la salida del presidente. Janet Jeagan - Guyana - 1997 - Vicepresidenta, asumió el cargo después de la salida del presidente. Mireya Moscoso - Panamá - 2004 - Electa democráticamente. Michelle Bachelet - Chile - 2006 - Electa democráticamente. Cristina Fernández Kirchner - Argentina - 2007 - Electa democráticamente. Laura Chinchilla - Costa Rica - 2010 - Electa democráticamente. Dilma Rousseff - Brasil - 2010 - Electa democráticamente. Paula-Mae Weekes - Trinidad y Tobago - 2018 - Electa democráticamente. Sandra Mason - Barbados - 2021 - Electa democráticamente. Xiomara Castro - Honduras - 2022 - Electa democráticamente.

Ausencia de pluralidad 

De las 14 mujeres que han llegado a la presidencia en América Latina, sólo cuatro eran mujeres no blancas. Y ninguna era una mujer indígena.

En un continente donde tenemos una población con mayoría no blanca, el lugar más alto del poder solo lo han ocupado mujeres blancas, y pocas. En otras palabras, mucho más que una cuestión de ocupar el poder, se trata también de la calidad y equidad de cómo estos espacios están siendo ocupados y para quién gobiernan… se trata de representatividad.

Sabemos que el camino hacia la pluralidad no es fácil, sobre todo en una sociedad en la que el espacio de poder es negado a las mujeres en general. Sin embargo, el sueño político nos enseña a seguir caminando y dándonos cuenta de que, a pesar de lo difícil, ¡es posible! Y nunca estaremos solas.

SOBRE LA AUTORA: Carolina Fagundes es periodista, magíster en ciencias del lenguaje, voluntaria en Im.pulsa Brasil y apasionada de la comunicación en la intersección de género y política. Cree que la igualdad de género y raza en el poder es el camino para un mundo más justo.

 

danyelle

Dany Fioravanti es comunicadora – activista y periférica – con 14 años de experiencia en causas como desigualdades, género y diversidad, educación ambiental y participación política. Trabajó en proyectos sociales en Brasil y Ecuador. Fue Asesora Especial de Comunicación de la Secretaría de Políticas y Promoción de la Mujer de la Ciudad de Río y actualmente coordina Im.pulsa. Dany también es Especialista en Políticas de Cuidados con perspectiva de género por el CLACSO.