En esta etapa necesitarás llevar tus redes a su máximo potencial. Para esto, te recomendamos seguir estos pasos:
1. Revisa tu mapeo de contactos
Si aún no lo tienes, esta herramienta de mapeo de red te será de utilidad:
Modelo de Mapeo de Red
Activa tu red de contactos usando este modelo para poner los nombres de todas las personas que están en la red de la candidata.
¿Estás lista? 🙂
2. Organiza tus contactos
Es hora de organizar tus contactos considerando:
- Su disponibilidad (alta, media, baja);
- Tipo de aporte a solicitar (tiempo, materiales, acompañamiento, vinculación);
- Su carga de trabajo (sobrecargada, en equilibrio, por debajo de su capacidad).
En base a esta evaluación, prioriza a las compañeras con alta disponibilidad y que estén “en equilibrio” o por debajo de su capacidad de aportar. Reserva a las altamente disponibles pero sobrecargadas para aquellas acciones en que sean realmente indispensables (por ejemplo, vocerías, gestión de crisis, “cuarto de guerra”).
Diagrama 1: Esquema para mapeo del equipo
Ejemplo de revisión y reorganización del equipo en recta final
Nombre/rol | Disponibilidad (Alta, Media, Baja) | Carga de trabajo | Observaciones | Solicitud |
Jefa de campaña | Alta | Sobrecarga | Alto estrés. Invitar a delegar, tomar descansos y pedir ayuda. | Gestión y estrategia. Vocería. “Cuarto de guerra” |
Encargada de comunicaciones | Alta | Sobrecarga | Alto estrés. Incorporar voluntaria, practicante o afín. | Activación de redes sociales. Generación de contenidos |
Encargada territorial | Media | En equilibrio | Estrés medio. De momento es sostenible. | Actualización de mapeo territorial. Llamadas a adherentes, planificación de eventos |
Voluntaria 1 | Alta | Bajo capacidad | Es posible pedir más apoyo. | Apoyo a la gestión de jefa de campaña y de encargada territorial |
Voluntaria 2 | Baja | Bajo capacidad | Es posible pedir apoyos puntuales | Invitar a puerta a puerta |
3. Coordina a tu equipo
Un error común del trabajo en equipo es realizar pedidos sin condiciones claras de cumplimiento. ¡No des nada por obvio cuando pidas apoyo! Cuenta qué necesitas, a quién se lo pides, de qué forma lo quieres y exactamente para cuándo. Evita decir “Hay que… “ “Deberíamos…”. Convierte esos deseos y supuestos en pedidos lo más explícitos y claros posibles. No tengas miedo de pedir ayuda: para eso están tus aliadas.
También es buena idea formular el pedido estableciendo condiciones en caso de incumplimiento (qué haremos si no cumple). Y es muy importante que la persona o el grupo a quien haces el pedido tenga la capacidad de cumplir. Por ejemplo, pedir que organice eventos a alguien que históricamente llega tarde a las reuniones, puede ser algo riesgoso.
En cualquier caso, cuéntale a las compañeras por qué es tan importante su ayuda y el riesgo que representa no llegar con lo ofrecido o comprometido en esta fase crucial.
Ejemplos:
- Establece con el equipo de comunicaciones una meta de seguidores, likes y “compartidos”. Sobre esta base, pide a todas las compañeras activar sus redes para alcanzar estas metas.
- Establece con el equipo territorial una meta de contactos y adherentes. Compromete a las personas que te ofrecieron ayudar a realizar llamadas y/o mensajear a estos contactos para invitarles a votar.
- Pide a la compañera que ofreció algún recurso (movilización, lugar de encuentro, otros materiales) que lo haga llegar a X lugar y en X plazo.
Tip: En función de las metas, celebra y agradece cada hito logrado (seguidores, likes, recepción de materiales, otros) con las colaboradoras, para mantener el ánimo en alto. Mirar sólo lo que falta puede resultar frustrante y alentar el desgaste. ¡Revisa nuestra guía “Celebra con las voluntarias”!